jueves, 18 de junio de 2015

La identidad se relaciona con la filosofía en cuanto explicación de la vida misma, como estructuración de cosas dichas, como lenguaje de formas, signos y símbolos que determinan al hombre en términos de cultura. El hombre es un sujeto con identidad, se conforma por su pertenencia social y cultural; más allá de formalismos, el fenómeno que implica el hombre como ser concreto, vital, histórico, biológico y con esencias escondidas dispuestas a ser reveladas bajo estructuras propias del lenguaje.

Interpretar, encontrar el sentido, es el legado empleado en la literatura que nos recuerda lo que somos o podemos ser, identidad de lo que escribimos o hablamos de nosotros mismos; la idea de un aglomerado mecánico de frases que se estructuran como lo real; no es el contenido de las palabras lo que condiciona una determinada forma, sino que es la forma la que genera en cada caso sus contenidos.

La identidad se explica y significa como fenómeno, como ontología, como diálogo en el sentido psicoanalítico de ser consciente; en efecto, es en el lenguaje donde se desarrolla el proceso de génesis humana, conocer es llegar a ser uno mismo; el conocimiento de la identidad es literatura como producto de creación con sus fuentes y fundamentos, con una historia de sus orígenes, influencias y efectos que pasan a segundo término cediendo el puesto a la idea de que la palabra escrita  es signo y representación simbólica de algo que se encuentra más allá de ella misma y que hay que describir como parte del sentido de realidad, como antropología y arqueología del saber.


Tu identidad a partir de cosas dichas; cuéntame quién eres, de dónde vienes y a dónde vas y me estarás revelando los códigos que han conformado tu sentido de pertenencia.

viernes, 12 de junio de 2015

En el club de los metafísicos, los realistas son aficionados a creer que el mundo será mejor porque a los seres humanos nos caracteriza la voluntad y la responsabilidad de vivir. El hombre ejerce el poder de vivir la vida a voluntad, nada está hecho, el hombre necesita hacerlo todo. El hombre es una ser arrojado al mundo y está condenado a salir al paso a fuerza de voluntad. El filósofo es un socavador de conciencias, pero es también un armonioso constructor de una bella realidad finita.

 La vida es una realidad básica. La voluntad de poder es vivir la vida plenamente; el hombre es dueño de la vida y es el único responsable de hacer de la vida un proyecto razonable. Se vive para y por la vida, siendo ella su único fin. La vida puede tener un móvil ético; el fin o valor de la vida es arrojarse a las pasiones y a la construcción de una nueva realidad, la embriaguez desenfrenada de vivir la vida, pero vivir también en la pasmosa quietud del desengaño de la fragilidad.

El hombre espera de otros la recta conducta, el ejemplo de la dichosa acción y actuación de las palabras, la buena vida, el recto consejo, pero por otro lado, desea ser libre, que no se imponga nada, que todo sea escrutado por la fuerza o voluntad de existir. El hombre no tiene necesidad de deidades, solo la reafirmación de su potencial creativo. Sabe que hacer, cómo hacerlo y a dónde ir; seguridad desbordante que le invita a ser. La tradición es retrograda maestra de la sumisión, la tragedia, el dolor, la muerte, marcan el resplandor de la esperanza, de la construcción, de la ebullición, de la lucha por ser y dejar de ser. 

En este marco de apetitos desbordantes y de quietudes insoportables, ¿en dónde te ubicas?, bien vale la pena esperar tu punto de vista, el mío en boca de todos; es el sarcasmo de vivir la vida en consonancia con la agitada  insatisfacción de  hacer cosas con la sensación  de no haberlas concluido con intensidad. 

jueves, 4 de junio de 2015



La ciudadanización de la política.

Comprender el ejercicio del poder no se reduce a la simple voluntad electorera de transferir a plasmar en una boleta el derecho que le corresponde al ciudadano; los partidos políticos son un invento de la modernidad para representar a la sociedad civil, un invento que se ha perpetuado por más de doscientos años de dominación. Ahora que se hablan de ciudadanías mundiales, globales y sustentables, el reto al que se enfrenta no es de comprensión, sino, reformulación del pacto de la modernidad como visión del mundo, la ciudadanización de la política acoge el argumento ético de trabajar para los desvalidos, los pobres; de asegurar oportunidades para todos, de renovación moral para eliminar del gobierno a los corruptos.

La formación ciudadana, de acuerdo a la visión neo modernista  es una cuestión de voluntad, de invocación a la participación para que por consecuencia nazca dicha pertenencia e identidad.  El discurso actual de la ciudadanización de la vida social no es otra cosa, que la búsqueda de sujetos afines los discursos que pueden o no favorecer los acuerdos, valores, ideologías y acciones; defender el voto, reforestar, sanear ríos, camellones, favorecer tecnologías verdes, extender la mano amiga al vecino, promover la defensa del menor, asegurar cuotas de equidad, condenar a los vándalos, asistir a la veladas literarias a favor del respeto a la preferencia sexual, son alternativas que mueven a la sensibilización de la ciudadanía a favor de la política.

¿En qué acciones participas de estas nuevas formar discusivas de ciudadanización de las personas?
En espera de tu respuesta, la crítica siempre será bien recibida… la sociedad civil se deshumaniza.